Tener miedo al dentista suele ser común. No os hacemos nada, pero a veces el nerviosismo es palpable… Una forma de enfrentarse a la consulta con tranquilidad es gracias a la sedación dental. Existen diferentes tratamientos posibles, que te explicamos en este artículo. ¡Fuera miedos!
¿Sufres de estrés o ansiedad cada vez que necesitas acudir al dentista y terminas anulando la cita? Si vas a someterte a un tratamiento, del tipo que sea, pero sientes pánico, la sedación dental es la mejor alternativa. Recuerda que ir dejando en tus dientes una infección o dolencia puede derivar en algo más grave a largo plazo, por lo que conviene ponerle solución cuanto antes visitando a tu odontólogo.
¿En qué consiste?
Esta técnica se lleva a cabo mediante medicación, principalmente, y permite que te relajes, tranquilices y acomodes en la camilla mientras los especialistas se encargan de solucionar tu problema. La sedación dental está especialmente indicada para ti, en caso de que seas una persona muy nerviosa o que tiene miedo al dentista.
Se trata de un tratamiento común que utilizan los odontólogos en multitud de ocasiones, por lo que no debes preocuparte. Solo tienes que acudir a tu cita en ayunas, acompañado o con alguien avisado para llevarte a casa y, por supuesto, debes tomar los medicamentos recetados previamente.
Tipos de sedación dental
Gracias a los principales tipos de sedación dental que existen, consigues permanecer en el estado de tranquilidad necesario para que la actuación odontológica sea perfecta. Las aplicaciones más comunes de esta técnica aparecen en niños, pacientes con fobia al dentista o que son poco colaboradores y tratamientos de odontología basados en implantes dentales u otros más complejos. Así sirven también para aliviar esas posibles molestias tras la intervención.
Vía oral
Es la sedación a través de fármacos prescritos, que pueden inducir a un estado mínimo, moderado o profundo de relajación. Desde responder a los estímulos con alguna función disminuida hasta ser más difícil la respuesta voluntaria. Según lo considere el odontólogo por el tipo de actuación en tu boca, te llevará a uno u otro estado de tranquilidad.
Vía intravenosa o inhalatoria
Luego, el otro tipo se denomina sedación consciente y puede realizarse vía intravenosa o inhalatoria. La primera consiste en inocularte medicamentos hipnóticos o que te conducen al sueño. Puede producir cierta amnesia, sin que esto suponga un inconveniente. Se utiliza en las intervenciones más largas como cirugías.
En cambio, la segunda se efectúa mediante una mascarilla para que inhales oxígeno y óxido nitroso, mezcla que provoca una sensación agradable, pues es un potente analgésico que relaja tu sistema nervioso central, controlando así los movimientos que puedan complicar el trabajo médico. Luego, recuperas tu estado normal en pocos minutos.
También existe una sedación combinada de ambos métodos. Debe quedarte claro que en ninguno de los casos descritos pierdes la consciencia.
Acaba con tu miedo al dentista ya
Esta técnica es totalmente segura. Además, durante todo el tratamiento, un equipo de anestesiólogos monitorizan y controlan tu estado. Sin preocupaciones, sus ventajas son una mayor seguridad y capacidad del odontólogo para actuar en tu boca, a parte de quitarte ese miedo al dentista e incluso facilitar tu buena recuperación.
Soluciona tus problemas odontológicos ya con ayuda de la sedación dental. ¡Fuera tu pánico y estrés!